Salgo al patio de casa porque presiento que una gran tormenta se avecina, el cielo tornándose completamente a las escalas de grises. El pelo suelto que llevo empieza a hacer remolinos a causa del fuerte viento. Tengo frío porque en realidad estaba durmiendo y llevo puesto sólo un buzo. No me desperté por los ruidos. Me desperté escapando de un sueño; más que sueño era un suplicio.
Estoy caminando por el pasto terminando de abrir los ojos y veo pequeñas aves. Algunas quieren volar. Otras simulan dormir. También veo algunas que parecen haber muerto. Seguro fue la tormenta.
Entro al lavadero, está mi mamá moviéndose rápidamente. Y mi mente le indica a mi corazón que se acelere.
- Mamá, ma. Es lo que yo pienso, ¿no?
No puedo contener las lágrimas
-No hija. Quedate tranquila que ESO no es todavía.
Mis latidos se están normalizando. Si ella lo dice, tiene que ser así. Pero, no voy a mentir, estoy preocupada.
Miro por la ventana. El patio se está llenando de especies. Parecen animales. Quiero correr.
Vuelvo a la cama para lograr dormir y cambiar nuevamente de sueño.
Casa de campo. Estoy buscando a mi familia o a mi primo. No me doy cuenta. Un desconocido. Desconfío
pero estoy conversando con él. Altísimo, trigueño. Estoy mareada. Es la habitación de mis tíos pero me parece que la casa está deshabitada hace tiempo y no lo recuerdo. No entiendo, nos estamos besando. Tiene otras intenciones. Salgo corriendo. Veo todo gris. Entro al baño y está él. Llega toda mi familia, amigos de la familia. Le pido que se vaya, que se esconda. Estoy contenta de ver a mi familia entera.
Pero hay algo que me está angustiando. Veo un portaretratos. Es mi tío que "falleció". No puedo parar de llorar. Todos me abrazan. Pero mi tío no falleció. ¿Qué hago acá?
Ahora estoy en mi casa. En la entrada precisamente. Estoy forcejeando con un grupo de adolescentes que acaban de salir del colegio. Pero cada vez hay más gente. Desde primaria a secundaria. Me rio, sus uniformes con cuadrillé verde y rojos. Chombas blancas. Empiezo a correr y estoy en un patio. Reconozco a varios que en la secundaria estaban en tercer año cuando yo en primero. Deben haber repetido. Me acuesto
y está "ÉL" nuevamente. Me acuesto de costado, apoyo mi cabeza sobre la mano y le cuento todo esto que me está pasando. Aparento estar feliz, a gusto. Me quiere besar. Nos besamos. Me pongo triste.
DIOS, ya son las 8:00 am. Voy a llegar tarde a la oficina.
- ¿Dónde hay ibuprofeno?
- Fijate ahí, en ese mueble. ¿Qué pasa? ¿Te sentís bien hija?
- No, me siento muy mal. Me duele la cabeza. Tuve pesadillas toda la noche.
- Bueno, tranquila. Que tengas buen día.
- Gracias, chau.
Previo a lo relatado, soñé otras cosas peores. Incluso en lo relatado faltan detalles.
Siempre me llamaron la atención los sueños, les busco constantemente significado. Y me "aterra" a veces
pensar que son consecuencias de deseos reprimidos, últimos recuerdos, miedos y desechos del subconsciente.
Veremos que pasa esta noche...
No hay comentarios:
Publicar un comentario